Opinión

El sube y baja del Monterrey

Un día, gustas, ganas y goleas, al siguiente, duermes al aficionado y, al final, parece que el equipo nunca ha jugado junto.

Rayados es un sube y baja de emociones, pero no en el buen sentido. La llegada de Demichelis prometía una transformación positiva, pero la realidad es que el equipo sigue dependiendo de las genialidades de Canales, de los destellos de Ocampos y de algún chispazo de otros jugadores, y sumándole que sigue padeciendo de puntería, que sus delanteros no cumplen con las expectativas que todos tenemos.

A lo largo de casi diez años, Rayados ha hecho inversiones millonarias, pero el rendimiento no refleja esa ambición. Se ha convertido en un equipo que, a pesar de su riqueza, juega como si careciera de recursos, vaya, uno más del montón. La falta de un estilo de juego claro y la inconsistencia en el rendimiento son preocupantes, ¿Hace cuánto tiempo que no se tiene un proyecto que ilusione o, por lo menos, inspire confianza?.

Mientras otros equipos han sabido construir proyectos sólidos, Rayados parece seguir a la deriva, lo que resulta frustrante para su afición.

La afición merece un equipo que no solo se base en el talento individual, sino que funcione como un verdadero equipo. Es momento de que Rayados encuentre su identidad y, por fin, deje de ser una promesa incumplida en el fútbol mexicano.

La historia del Club merece más; la afición, que está en las buenas y en las malas, merece un equipo, que, como lo dije la semana pasada, merecemos equipo que compita, inspire, muestre coraje y sobre todo, que logre los títulos que tanto se esperan.

Esos que si en diciembre se logran, este escrito quedará como un simple grito en la montaña rusa que nos da el azul y blanco de la pandilla.